Un torneo apasionante

miércoles, junio 10, 2009

Germán Dehesa escribe para el Grupo Reforma una breve reseña del Clausura 2009 aún con la euforia por el título obtenido por sus Pumas.

No Estoy hablando desde mi jubilosa y triunfadora posición Puma. No soy Mahbub como para comenzar a lanzar maldiciones en lenguas arábigas, mismas que se acompañan con ademanes y gestos apocalípticos.

Lo que, en mi calidad de aficionado al futbol, quiero decir es que, casi como un milagro, hemos vivido y atestiguado un torneo emocionante, lleno de sorpresas y de protagonistas inesperados. Todo esto culminó, además, con una memorable Liguilla que encontró su digno final en ese par de intensos cotejos que protagonizaron Pachuca, el gran favorito, y los Pumas que llegaron en calidad de caballo negro a esta Liguilla y la disputaron con sostenida pasión y disciplina edificadas en torno al Tuca Ferretti.

El torneo que acaba de finalizar quedará en la memoria de los aficionados como el de la quiebra deportiva de equipos como el Guadalajara, el América, Cruz Azul, Santos de Torreón y algunos más. Estos equipos solían ser los gigantes del futbol mexicano, pero en este torneo algo pasó: o les crecieron los enanos, o más sencillamente los gigantes se desplomaron abrumados por el peso de su historia, por la obligación de ser protagonistas y por la casi total carencia de amor y conocimiento futbolísticos que evidenciaron sus jerarcas del tipo de Vergara que se pensó que podía atropellar toda lógica y ser un dueño triunfador sin más experiencia previa que vender de puerta en puerta agüitas maravillosas. Los colosos callaron.

Contra lo que algunos pudieron haber pensado, el edificio del futbol mexicano resistió bastante bien. El derrumbe de los grandotes, lejos de arrastrar a los demás equipos, permitió que asomaran como equipos visibles y dignos de atención, aquellos que siempre habían sido considerados como la chiquillada que sólo fungía como comparsa de los grandotes. En este torneo asistimos a lo que podría llamarse "la sublevación de los enanos".

Desde sus primeras manifestaciones en las que estos equipos "chicos" parecían decir: "no estamos nomás de adorno", yo aplaudí y encomié esta traslación del centro de gravedad de nuestro futbol.De los grandes de siempre, sólo comparecieron el Toluca y el Pachuca. Los otros equipos interesantes y pasionales fueron los Pumas, los Tecos, los Indios de Ciudad Juárez, el Puebla y alguno más. Ellos fueron los grandes animadores de este torneo.

Algo había de épico en estos Indios que, desde Ciudad Juárez tomaban su autobús para llegar a jugar en Tuxtla Gutiérrez. Ahora veo que eso es lo que andábamos buscando: el futbol como hazaña, el futbol como heroísmo, el futbol como plenitud de lo humano.

Gracias al Chelís, gracias a Eugui, al "Piojo" Herrera y, por supuesto, gracias al Tuca.

0 comentarios: